lunes, 29 de diciembre de 2008

PIRAMIDES RELIGIOSAS?

Tanto se ha dicho y escrito sobre las famosas pirámides como DRFE o seudopirámides como DMG o la mas reciente megapirámide, la del señor Madoof, la de US $50.000 Millones, la que vino a demostrar dos cosas: primero que los incautos no solo están en los países del primer mundo y segundo; que definitivamente la ambición desmedida y la actitud de conseguir dinero de manera fácil, no es tampoco patrimonio exclusivo de los países tercermundistas, o con historia de narcotráfico como Colombia, que diríamos que no paga la pena seguir derramando tinta y labia sobre este tema. Sin embargo al tratar de entender desde un punto de vista estrictamente humano y social, el comportamiento de muchos de los que desafortunadamente cayeron en las pirámides, es innegable que su precaria situación socioeconómica y las casi inexistentes posibilidades de una mejoría, los llevaron a meterse en una aventura, de la cual estoy seguro muchos, por sus escaso conocimiento de los teje manejes financieros, desconocían el riesgo al que se estaban sometiendo, a diferencia de otros que con conocimiento de causa se arriesgaron, ya que a ellos no los movía salir de la pobreza o la miseria, sino de mejorar aún mas su estatus.

Mientras los primeros pagaron muy duro la aventura, ya que no solo se hundieron mas en el fango de la miseria y quedaron estigmatizados como, giles, ambiciosos e inescrupulosos, los segundos, verán mermadas sus riquezas pero muy seguramente podrán recuperarlas en un futuro no muy lejano, pues la sociedad actual esta diseñada para que en las crisis los que pierdan siempre sean los pobres.

Pero la pregunta que me hago es: ¿no existe cierto parecido entre el negocio de las pirámides financieras y el negocio de ciertas sectas religiosas? Yo me atrevería a decir que mas que un cierto parecido, en el fondo ciertas sectas religiosas han degenerado en verdaderas empresas captadoras de dinero, que amparadas en el derecho constitucional de la libre expresión y libertad de culto, hoy en día cuentan con millones de cautivos fieles que “voluntariamente” tributan a sus iglesias (léase a sus “pastores”), los denominados diezmos.

Si tratáramos de establecer que es lo que motiva a un gran numero de personas a ingresar a estas ya no tan nuevas sectas religiosas, no es difícil concluir que la motivación esta originada en la búsqueda de una solución “divina” a los males terrenales que los aquejan y que para la mayoría son originados por su pobreza y abandono social.

Mientras las pirámides tipo DRFE, crecieron bajo ofrecimiento de desproporcionados rendimientos financieros, y el gancho eran los que entraban de primeros y efectivamente recibían jugosos dividendos, lo que los convertía en multiplicadores gratuitos del negocio, en las sectas religiosas se acude a espectaculares actos llenos de luz, sonido y discursos cargados de dramaturgia que llevan a los espectadores al éxtasis y a la entrega total, actos que por lo regular llegan a su clímax cuando supuestos fieles dan testimonio de los milagros que han recibido de las prodigiosas manos del pastor, que cual profeta escogido por Dios les recuerda que la fe sin dinero no opera y que es imprescindible que se despojen del vil dinero y se lo entreguen a la iglesia para que de esta manera puedan ser beneficiarios como los testigos presentes de los favores “divinos”.

Y es así con este tipo de engaños como van creciendo las pirámides religiosas, las cuales abren sedes en cuanto local haya disponible en la ciudad y en el campo, tienen emisoras y canales de televisión propias, arriendan estadios para promocionar eventos donde se harán milagros al por mayor y con entrada gratuita, todo esto bajo la mirada impotente de un estado que al no poder resolver los problemas básicos de una gran parte de la sociedad, se contenta con que dicha solución quede en las manos de Dios, a través de unos “pastores” que como David Murcia, cada día ven llenarse más y más sus arcas con ese “vil” dinero que tanto “daño’ hace a sus fieles, pero que a ellos los hace inmensamente felices. Y mientras tanto sus fieles seguirán esperando como borregos ese milagrito que los saque de la miseria, pues en medio de su ignorancia y desesperación no reconocen que se han metido en una pirámide, que a diferencia de las otras el robo es gota a gota y los dividendos son responsabilidad de Dios, pues sus “pastores” solo son sus humildes, desinteresados y abnegados intermediarios.

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